EL CÓDIGO PASTÚN

El pueblo pastún se rige por un código milenario, el Pashtunwali, una
ley tribal que los talibanes llevaron a sus últimas consecuencias.
Ahora, tras los bombardeos americanos, los pastunes se enfrentan al
reto de gobernar Afganistán.
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Los pastunes nunca han aceptado de buen grado las fronteras, sobre 
todo si son otros quienes las imponen. Hoy se piensa que hay al menos
20 millones de pastunes, con un territorio que se extiende por encima
de las fronteras que trazaron los británicos en la década de 1890 y
que incluye unas tierras entre las más salvajes y menos gobernables
del planeta. Para los británicos, esta zona - a veces denominada
Pashtunistán - era el último confín del Raj, el mayor de sus terri-
torios coloniales. Más allá estaba el reino de Afganistán, un mosaico
de grupos étnicos que desde 1747 estaba gobernado por reyes pastunes.
A medida que los ingleses fueron expandiendo su imperio hacia el
noroeste de la India tuvieron varios enfrentamientos con las tribus
pastunes, pero nunca lograron someterlas. Invadieron Afganistán en
dos ocasiones, en 1839 y en 1878. Ambas incursiones acabaron en
derrota. En 1893, por fin, los británicos comprendieron que, aunque
nunca conquistarían la región, si podían utilizarla como un para-
choques muy útil entre el Raj y el imperio ruso.
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En Peshawar he conocido a un dirigente tribal pastún llamado Lateef
Afridi, que me dijo que su padre, dos de sus hermanos y dos de sus 
primos murieron en disputas tribales. "Ahora, cuando los pastunes
tienen una contienda familiar, se vuelan unos a otros con minas",
aseguraba. Estas peleas forman parte de la vida pastún, pero se
desvanecen ante una amenaza externa. Los pastunes tienen un dicho:
"Yo lucho contra mi hermano, mi hermano y yo contra nuestros primos,
nosotros y nuestros primos contra el enemigo".
Según me dicen repetidamente, fue el enemigo común, en parte, la
causa de que los pastunes apoyaran a los talibanes. Lucharon contra
la Unión Soviética cuando ésta ocupó Afganistán. Lucharon por el
control entre ellos y con los caudillos de otros grupos étnicos
cuando se fueron las tropas soviéticas. Cuando los talibanes llegaron
al poder, a mediados de los noventa, los pastunes les reconocieron
como hermanos de tribu, y ahora que Estados Unidos les ha atacado
se disponen a acudir en su defensa. Según Wazir Afridi, en su distrito
hay 50.000 hombres que se han declarado listos para ir a luchar. Toda
la región, me dice, respalda a los talibanes, "sus hermanos pastunes 
y musulmanes".

EL PAÍS SEMANAL - domingo 24 de febrero de 2002